Ley de donación universal en Chile

El pasado 21 de diciembre de 2009, el parlamento Chileno aprobó una ley que indica que todo individuo mayor de 18 años es donante a menos que exprese lo contrario. Mediante esta acción, todos los ciudadanos Chilenos se convierten en automático en donadores universales, a menos que expresen a través de un documento oficial su deseo de no donar sus órganos [Ver Noticia].

Tradicionalmente, una persona puede convertirse en donador de órganos llevando a cabo el consentimiento pertinente. Tomemos por ejemplo el caso de México, en dónde la Ley General de Salud vigente al día de hoy indica en el artículo 320:

"Toda persona es disponente de su cuerpo y podrá donarlo, total o parcialmente, para los fines y con los requisitos previstos en el presente título."

La primera parte de este artículo quiere decir que a cada individuo le corresponde, conforme a los términos de dicha ley, la facultad de decidir sobre su cuerpo o cualquiera de sus componentes en vida y para después de su muerte (Inciso VI, Art. 314). Se ha de suponer que esta facultad se debe gozar de manera autónoma e independiente.

La segunda parte del artículo 320 hace referencia a los fines y requisitos de la donación. Estos se encuentran descritos desde el artículo 322 hasta el 329, y en términos generales hacen referencia al consentimiento que requiere un acto de donación en vida o después de la muerte.

En los artículos previamente mencionados, se diferencían los dos tipos de consentimientos que son válidos para realizar una donación en México. Por un lado, se tiene a el consentimiento expreso (Artículo 322), la cual se hace por escrito y puede delimitarse a ciertos órganos o tejidos, o bien a la totalidad del cuerpo. Este consentimiento cobra especial importancia en la donación en vida. También se hace mención al consentimiento tácito (Artículo 324), en el cual no existe una constancia escrita de los deseos del individuo de donar sus órganos, pero tampoco manifestó su negativa a la donación mientras estuvo vivo. Para que la donación con consentimiento tácito pueda ser llevada a cabo, se requiere la autorización del pariente más cercano: conyuge, concubino(a), descendientes biológicos, ascendientes biológicos, hermanos(as), descendientes adoptados, y ascendientes adoptantes (en ese orden).

Así, la donación en México se encuentra subordinada al consentimiento ya sea del individuo o de su pariente más cercano. Esto presenta una limitante, la cuál se vuelve mucho más evidente en el caso de la donación tácita. Con estos términos, el protocolo de donación se basa enteramente en que el testimonio del familiar más cercano sea verdadero y represente los legítimos deseos del donante. No sería de extrañarse que muchos casos de personas con deseos de donar algún organo después de haber fallecido no se cumplan, y no necesariamente con dolo por parte de la familia, sino por omisión o simplemente "por salir rápido" de los engorrosos trámites de defunción.

Muchas personas (y yo me incluyo dentro de ellas) caemos dentro de la categoría de donantes con consentimiento tácito. Quizá esto no valga como un consentimiento expreso, pero yo si quisiera donar mis órganos cuando me muera, y que se use lo que se pueda usar. A estas alturas, yo creo que mis nicotinados pulmones quedan descartados, pero quedan mis riñones, mis córneas, mucha piel y tantos mentros de intestino que pueden servirle a alguien el día que me toque colgar los tenis. ¿Sirve el parrafo anterior como una declaración de consentimiento explícito? Legalmente, no. A lo más, puedo hacer del conocimiento de mis padres lo que acabo de escribir para que sea respetado en el lamentable caso que me atropelle un camión de cerveza. Seguramente se lo diré a mi futura esposa, y el día que quede viudo se los diré a mis hijos... si es que llego a tener.

Ahora bien, imaginemos la situación hipotética dentro de algunos añitos en la que yo, siendo hijo único, y tras la muerte de mis padres, quedo viudo de un matrimonio sin hijos, y no me vuelvo un viejo rabo verde con una concubina obscenamente menor que yo y con las medidas de Isabel Madow. Aunque el escenario anterior es demasiado dramático y extremoso (y claramente no me voy a quedar con las ganas de tener una concubina obsenamente menor que yo y con las medidas de Isabel Madow... ¡al menos haré el intento!), no dudo que existan situaciones similares en las cuales legalmente los deseos de una persona queden desamparados. Mal asunto... Hay dos opciones: vencer la hueva e ir a registrarme como donante oficial de órganos, o dejar que me gane la desidia y alimentar a los gusanos con un poco más de cadaver.

Ahora bien, regresando al caso de Chile, imaginemos el caso contrario. Un feliz individuo rodeado de una familia descomunalmente grande (con un harem de concubinas incluído) se muere, y jamás hace explícito su deseo de no donar en pedacería sus carnes y sus tripas. Con esta nueva ley, se le dió la oportunidad de garantizar que su autonomía se viera respetada y que le dejaran el super-sized meal a los gusanos. Pero una vez más, por desidia, jamás asistió a firmar el papelito de "no me toquen después de muerto". Y aunque asistan sus mujeres, hijos, nietos, bisnietos, tataranietos y hasta su abuelita en formol, no habrá forma de evitar que done sus órganos. ¿Mal asunto? No lo creo.

Los datos oficiales de transplantes de órganos en el país sudamericano indican que a la fecha, 9 de cada millón de habitantes habían decidido donar sus órganos en el esquema previo basado en el altruismo. Aunque el asunto de la generosidad y la filantropía en el asunto de la donación suena muy bonito para una postal navideño tipo "regala vida, regala amor, dóname tu riñon", la realidad es que en Chile hay un total de 1818 personas que esperan actualmente un órgano, según la Corporación Chilena del Trasplante [Ver nota].

En México según los datos oficiales del Centro Nacional de Transplantes el año pasado se realizaron sólo 4735 transplantes. La lista de espera oficial reporta más de 12000 personas esperando algún órgano:





 

Ya para concluir, el caso de la legislación chilena ha tomado el enfoque utilitarista buscando el mayor beneficio para la mayor cantidad de gente: la opción por default es que eres donador. Además, se ha dado una salida a aquellos que no deseen entrar en la opción por default y así respetar su autonomía y/o creencias: si no quieres donar por el simple hecho de no querer, o porque tus creencias no son compatibles con la donación de órganos, tienes la opción de retirarte del sistema de donación oficialmente y dejar claros tus deseos explícitamente. Los números han resultado ser hasta hoy alarmantes, y la aprobación de esta ley brinda un destello de esperanza para mejorar la situación de la donación  en Chile. Ciertamente mucho trabajo quedará por hacer para garantizar que en Chile se cumplan las objeciones de conciencia ante la donación, crear la infraestructura necesaria para que el sistema universal de donantes funcione, y desarrollar la capacitación de recursos humanos que lleven al exito a esta propuesta. Sin embargo, el primer paso está dado y no cabe duda que la nueva ley de donación universal es en definitiva una decisión alentadora para los habitantes del pais sudamericano que hoy esperan un órgano para mejorar su calidad de vida. Por lo anterior, un aplauso al parlamento chileno. Y una pregunta para el mexicano: ¿Para cuando nosotros?

Ahí nomás,


Pepe

Los finísimos comentarios sobre esta entrada a continuación. ¿¿Algo más que agregar?

MeL dijo...

Me ha gustado mucho mucho mucho mucho el nuevo Pepe, en forma y fondo, creo que todos los cambios que viviste, vives y vivirás te sientan bien amigo.

Es curioso que hables justo de este tema, ayer estaba teniendo una discucion bastante parecida con mi jefe, dentro del ambito de competencia del Congreso de la Union y las camaras locales.

Terminamos decidiendo que en México pesa más todo proyecto de ley que pueda atraer controversia, (lease aborto, los recien aprobados matrimonios y adopciones homosexuales en el DF) asi que veo con muy buenas posibilidades tu propuesta de ley... no estaria de mas que se la hicieses llegar a algun diputado del PRD en la Asamblea Legislativa en el DF.

Aunque en lo personal, si creo que es una buena iniciativa para la Salud Publica en Mexico, creo que hay otras prioridades en el pais, como de verdad una reforma fiscal que persiga a los evasores fiscales, o un paquete de seguridad social en el nuevo modelos de NO estabilidad laboral, una reforma social para evitar la inseguridad apoyando la educacion.

En fin... en mi utopia tengo varios temas antes de la donacion infacto, ( de la cual soy partidaria)

Beso :***


Pepe dijo...

Mel: De cierta forma, independientemente de la controversia, las reformas al aborto, los matrimonios gay y las respectivas adopciones, me han parecido un verdadero éxito de la ALDF. Lamentablemente, son reformas que se quedan en el ámbito local y que debieran ser puestas en marcha a nivel federal (esa es mi utopía propia).

Coincido contigo en que hay reformas mucho más urgentes que la que se pudiera a hacer con respecto a la donación de órganos. La reforma fiscal, la reforma energética, una reforma a la ley del trabajo para que los sindicatos vuelvan a ser aquello que deberían ser por definición, una reforma a la ley de educación que garantice un mínimo avance progresivo en la educación de los chilpayates año con año, una reforma a la reforma de la ley electoral (que prohíba utilizar a "Mariana" en los anuncios del PRD ¡¡POR FAVOR!!)... en fin, muchísimas. Pero, si se pudiera hacer algo al respecto, yo encantado apoyaría la propuesta (activa o pasivamente). Si bien no es la más urgente, sí es importante (aunque tampoco es la más importante, así que gustoso esperaría si en efecto las demás se hicieran efectivas...)

En fin, me da gusto ver que andamos más o menos en el mismo canal :D

Beso para tí y Ahí nomás!